En la cuesta empinada, la luz se extingue
Y aquel hombre sigue allí solo con sus uñas intentando llegar hasta el inicio
El dolor es tan insoportable que una lágrima silenciosa se escapa y cae en las rocas sucias
Las rocas que no entienden nadan del hombre, nada del fuego que podrían producir.
Y la luna vela la angustia de aquel hombre que escala, que se sostiene rasgando sus uñas,
implorando la muerte al lado del calor de una mujer, de la tranquilidad de su respiración
Y yo que estoy arriba viendo, solo viendo,
Imploro ser aquel hombre... siento que soy él
Que soy la luna dejando la luz y la oscuridad a su paso
Que soy la roca inerte que recoge insípida el dolor de una lagrima
Siento que soy la lágrima misma que en vano intenta dar consuelo
Y el hombre sique allí, suspendido hasta que el cansancio y la locura lo devoren
Y yo sigo allí, intentando morir en su dolor.
2 comentarios:
Se ha abierto un abismo infranqueable, y sin embargo aun estamos respectivamente uno cerca del otro. Y aun asi te empeñas en no escribir, a sabiendas de que puedes hacerlo sin mi, como yo sin ti no puedo.
Estas oculto detras de algun lugar lejano, pero yo te siento cerca, tu respiracion, tu olor,y me embarga la duda de saber si aun eres y al leerme sabes que aun soy...
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