¿Por qué no se suicida usted? era la pregunta que le hacía Viktor Frankl a sus pacientes cuando buscaban orientación sintiendo que sus vidas no tenían sentido. Sigo en la búsqueda constante de ese sentido, a veces lo encuentro insignificante, a veces inmaculado. Como un niño que colecciona insectos extraordinarios y los guarda en una cajita, coleccionaré lo que sea que pretenda responder esta pregunta, y lo pondré en un lugar al que mis pies no llegan y que es probable que no exista: éste.

domingo, 11 de abril de 2010

La gota amarga

Aunque el brillante final que había imaginado se quedo allí (en mi imaginación), lo publico sin ningún pudor para que puedan burlarse de mi tanto como yo misma lo he hecho.

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